Un buen lugar

Los ruidos en el exterior no hacían nada mas que molestarme, me acomode mejor en mi cama intentando vagamente volver a dormir. La puerta de mi cuarto se abrió bruscamente eliminando cualquier vestigio de sueño que tenía. Miré a mi hermana y a mi madre que entraban apresuradamente a recoger mis cosas torpemente y meterlas en bolsas de cuero sin tener el cuidado de acomodarlas.
-¿Qué pasa?- Susurré aun somnolienta tallando mis ojos. Cleria dejó lo que hacía y me sonrió amablemente tranquilizando mi interior por el alboroto.
-Tranquila Arisha, nos mudamos, solo estamos empacando.
¿Mudarnos?, pero mi hermana se estaba entrenando, además ahí teníamos una buena vida. Intente preguntarle a Cleria pero esta me abrazo y acuno en sus brazos, su canto me hizo olvidar lo que pasaba y pronto me quede dormida nuevamente.

El frió aire de las praderas de Hammerfield me pegó en el rostro despertándome. Mis ojos se fueron acostumbrando a la tenue luz del astro solar que se alzaba en el cielo azulado de Prademburgo. Me incorporé de la carreta en la que viajaba viendo que mi Padre y mi madre eran los que la conducían.
-Al fin despiertas Ari- Escuché una voz a mis espaldas viendo a Cleria y a sus guardaespaldas cabalgar detrás de nuestra carreta.
Los vagos recuerdos de la mudanza de la noche llegaron a mi mente, pero no pude evitar preguntar:
-¿A dónde vamos?
-Nos dirigimos hacia ese lugar.- Señaló hacia el frente el más corpulento de los guardas. Instintivamente guié mi cabeza a donde me decía percatándome que al final de la senda que trazaban las carretas de los demás Leriks se encontraba un claro con una construcción antigua a su lado.
Luego de algunos minutos de haber arribado, todos empezaron a desempacar las cosas que habían logrado guardar, bajé haciendo caso omiso de lo que decía mi padre y me encamine a explorar los alrededores. El lago era amplio y a su alrededor había un sin fin de flores silvestres que llamaron mi atención, pensé que algunas de ellas le gustarían a Cleria.

La tranquilidad de ese lugar me inquietaba, al otro lado del lago solo se veían montañas nevadas junto con un espeso bosque, no había mas que sombras. El silencio nunca fue de mis favoritos y por eso me disponía a irme dentro del recinto, ya exploraría mas tarde con alguien. Al levantarme me percaté de reojo que algo se removía a mis espaldas, apreté fuertemente las flores contra mi pecho esperando que ese movimiento cesara y así la inquietud de mi corazón. Me decidí a tomar una vara que si bien me ayudaría a ganar terreno por si alguien me perseguía.
La sostuve fuertemente hasta armarme de valor y voltear solo para encontrarme con el rostro de Cleria que me miraba asustada y sorprendida.
-Casi me matas de un susto.- Le reproché a lo que ella solo me dijo que venía a buscarme para la cena.
Aun enfadada intente ignorarla volteando a ver el bosque que me causaba una sensación de inquietud.
-Es un lindo lugar.- Murmuro mi hermana mirando hacia donde yo veía.
-Si, pero eso no le quita lo tenebroso.- Le respondí encaminándome hacia la entrada del lugar.
-Tendrías una tranquila muerte ahí- Escuché decir de Cleria monótonamente a lo que solo le vi de manera extraña. –Solo bromeo, es un buen lugar para vivir.
Me quedé callada y solo atiné a asentir levemente sin saber si preguntarle o no del repentino cambio de hogar, ella caminó hacia donde me encontraba tomando una flor morada que yo antes había recogido y se fue sin decir más. Ya no importaba, sea cual hubiese sido la razón el estar con Cleria era mas que suficiente para ella.
Le seguí dando un último vistazo al horizonte donde el sol comenzaba a ocultarse, tal vez Cleria tenía razón y fuera un buen lugar para vivir.
-___-___-___-

((mmm espero esté bien XD))

//Turin: muy buen post, ganas 9xp, he de suponer que estas narrando el pasado pues me parece que en tu ficha dice que tu herman murio a manos de un Tranz//

Aquél día me levanté temprano para poder investigar y familiarizarme con nuestro nuevo hogar. Cleria estaría todo el día entrenando su magia y mi madre se iría con otros leriks a conseguir víveres de un poblado cercano por lo que ese día estaría completamente sola.
Afuera el día era extrañamente cálido en comparación a los otros que se vivían en Hammerfield, varios de los jóvenes y pequeños que vinieron con nosotros se encontraban jugando. Varias veces había escuchado decir de mis padres que intentase sociabilizar con ellos, pero me era difícil, no sabía como actuar frente a ellos.
Despegué mi vista del ventanal para empezar a cruzar los distintos pasillos de la construcción que a simple vista parecía pequeña pero con un complicado diseño. Las paredes eran de piedra gris y en ella se alzaban varios tapices de colores con estandartes, pinturas de paisajes montañosos y muchos candelabros de oro con velas.
Las horas pasaban y yo me aburría sin poder encontrar un lugar tranquilo en el cual descansar, o por lo menos entretenerme, ese lugar era tan aburrido con sus grandes estantes de libros, sus jarrones antiguos color marrón, el agujero de una ratonera, más estantes, otra vez los mismos jarrones y el agujero… Un momento. Tanto me había concentrado en caminar que mi cerebro se había auto desconectado, hasta ese punto en que mi razón volvió a mi… Aunque la respuesta era demasiado obvia.
Refunfuñé el hecho de que me había perdido, ahora sólo tenía que divisar a alguien y pedirle que me dijese el camino de regreso a mis aposentos ((XD)).
Como si por obra divina se tratase, mis ojos vieron como mi padre atravesaba uno de los pasillos con paso veloz; corrí intentando alcanzarle pero este iba demasiado rápido, lo último que vi, fue cuando entró en un cuarto al fondo, probablemente de todo el castillo.
Curiosamente me acerque hasta la puerta, la cual entreabrí y así poder ver como mi padre charlaba intranquilamente con el general de defensa, el cual no recordaba su nombre.
Vagamente escuché como los dos discutían sobre la defensa que nuestra morada tenía, y que posiblemente tendrían que pedir refuerzos de nuestro antiguo hogar. ¿Qué acaso no había diferencias entre ellos? Me pregunté a mi misma; el nombre de Cleria salió de los labios de mi padre despertando aun más mi intriga. Intenté pegarme más a la puerta para poder escuchar mejor pero esta cedió y con ello mi único soporte dejándome caer ruidosamente en el suelo de la habitación dando por descubierta mi presencia.
Mi padre me interrogó el hecho de que me encontrase en ese lugar a lo que simplemente le respondí que me había perdido; él parecía creerme, pero el general me miraba inquisidoramente.
Luego de que ambos hombres se aseguraran de que estaba de nuevo en mi cuarto, el general le susurró algo a mi padre mientras este cerraba la puerta frente a mí.

La noche llegó y con ello también mi madre y mi hermana que no paraban de platicar de las cosas que habían sucedido aquel día. La puerta se abrió revelando la figura imponente de mi padre que se dirigió hacia mi madre y a Cleria. Estas, luego de escuchar lo que el hombre les decía, empezaron a reprochar y discutir, mi madre parecía ceder cada vez más, a la par que Cleria se ponía más a la contraria.
De pronto todos me miraron y Cleria solo atinó a negar rotundamente. Como si fueran concientes de mi confusión empezaron a plantearme la situación que cambiaria mi rutinaria vida: Me entrenarían para la defensa del pueblo.
No solo a mi, si no a todos los jóvenes que ahora residían ahí. Antes de que dijese mi respuesta Cleria comenzó a reclamar el hecho de que yo no debía ser entrenada para eso. Un “Si” salió de mi boca sin pensarlo. Los presentes me miraron y yo solo sonreí decididamente, así podría proteger a los que quería. Mi madre suspiró resignada, mi padre solo atinó a decirme que mañana empezaría mi entrenamiento y Cleria… Ella solo bajo su mirada.
¿Por qué? ¿Qué tenía de malo que quisiera protegerla? ¿Acaso ella no quería que la protegiera?...



((si, quiero relatar el hecho de como Arisha se vovió guerrera primero X3...))

//Locke42: 9 px//

La mañana había llegado mas rápido de lo que me esperaba; sinceramente no me sentía preparada ya que en toda la noche no pude conciliar el sueño y prácticamente teniamos que madrugar.
Al despertarme hice todos mis pendientes en el menor tiempo, serían las ansias o los nervios los que me habrían impulsado, poco me importaba ahora que me encontraba en los pastizales nevados de Hammerfield. La vista solo me relajo un poco, la blanca nieve que relucia a causa de los rayos de sol me brindó un poco de tranquilidad.
Miré a los lados encontrándome con los rostros de los jóvenes que como yo habían de ser instruidos para defender, muchos hacían bromas al respecto, otros mantenían una cara de seriedad, y otros se veían claramente nerviosos; me sentía un poco identificada con ellos. //XD//


//Luego continuare, me he quedado sin monitor hasta el sabado XD y me cobran caro el ciber ¬¬UU//


//Turin: Ok, no hay problema, de preferencia avisame cuando el post este terminado para que lo califique por si se me pasa entre tantas publicaciones//