En algun paramo nevado...

Ikui



Ikui no recordaba muy bien nada de lo ocurrido desde su huida, había subido de polizonte en un barco, y su hermano Ildanar le había dejado escapar. El recuerdo del arco de Ildanar apuntandolo, con el dolor escrito en el rostro, hizo que se estremeciera.. Y en su interior Vanarak se regodeo, pues disfrutaba viendolo sufrir.
Unos dias mas tarde habís saltado del barco en plena nevada, pues los marineros lo descubrieron, y no podia dar explicaciopnes, era demasiado doloroso recordar...

Y ahora se encontraba alli, andando en medio de una tormenta de nieve, en alguna isla de Londizh y sin mas abrigo que su ropa, la nieve lo cegaba, y la blancura arreciaba en cada horizonte. Y Ikui erraba sin orientacion alguna, solo esperando que la muerte lo atrapara y lo borrara a el y al demonio que lo habitaba, y asi quiza expiar la culpa que loo atormentaba.

-Me temo que no puedo permitir eso -dijo Vanarak usando la boca de Ikui.

-Maldito. -Murmuro el niño.- No tienes poder sobre mi cuerpo.

Y el demonio callo entonces, pero Ikui se asusto mucho, y sabia que Vanarak lo notaba, y que eso le complacia sobremanera. Se entendian mutuamente con sorprendente facilidad, era... era como compartir todo con el otro, aunque podia ocultarle cosas, era como tratar de ocultarse algo a si mismo, y en los dias que llebaba con esa existencia atormetada Ikui había deseado rendirse muchas veces. Pero igual que el monstruo sabia todo lo que el pensaba y era, el niño podia ver que si se rendia, ni que fuera durante unos segundos, el demonio lo poseeria y no sabi si seria capaz de recuperar el control luego.

Pero la blancuro no parecia mermar, y llego un momento en que la luzdejo de llegar, y el entorno se hizo oscuro y grisaceo, pero la tormenta no menguaba, al contrario, el viento parecia bambolear al pequeño lerik de un lado a otro, sin que este pudiera defenderse.

Y al final, exemto ya de toda fuerza o energia, Ikui se desplomo, pensando que ese era el final que había deseado, y que su madre y su hermano querrian para el... ese ultimo pensamiento le desgarro el corazonb, y sus lagrimas se helaron antes de cruzar los parpados.
Hacia frio, mucho frio... Ikui se acurruco en la nieve, y esta le empezo a cubrir con presteza.
Pero cuando el frio era tan doloroso que dejo de sentir nada, Vanarak tomo el control, arroyando su adormecida mente y lebantando un cuerpo agotado con fuerzas que Ikui ignoraba poseer.

-Estare encerrado en cuerpo de un crio, pero sigo siendo el GRAN VANARAK!!!!! - Y con ese grito saco fuerzas oscuras de lo mas hondo de su espiritu, y el cuerpo de Ikui se contrajo y sufrio, y aunque a el tambien le dolia siguio intentandolo, pero no puedo liberarse, no des de dentro. Asi que uso la fuerza de las sombras para saltar, y salto tan alto y tan lejos, que al caer se undio en la nieve dejando un gran crater a su alrededor, y su cuerpo de niño padecio de los dolores mas atrozes, acosado por dentro y por fuera, pero Vanarak salro otra vez.
y asi, en media docena de saltos, dolorosos y poderosos a la vez, Ikui y Vanarak llegaron cerca de un pueblo, y Vanarak se acerco, arrastrandose sobre la nieve, dejando un rastro de sangre de su maltrecho cuerpo. Y llamo a la puerta mas cercana, pero si abrieron o no no lo supo entonces, ya que perdio el conocimiento, agotado por el esfuerzo supremo....

//Turin: Buen post, ganas 9xp//

Ikui



Ikui tubo un useño, en el sueño corria por los prados nevados que rodeavan su casa con su hermano Ildanar, y sus padres los contemplaban orgullosos des de la puerta de su hogar. Pero entonces aparecio Vanarak, y el demonio los mataba a todos con crueldad y la sangre manchaba de rojo el inmaculado suelo blanco. Cuando solo quedaba Ikui, el demonio lo devoraba.
Pero tam,bien tubo otro sueño, en ese, Vanarak no aparecia, y era el mismo Ikui quien manchaba la nieve con la sangre de su familia.

Abrio los ojos, aun sin poder diferenciar el sueño de la vigilia. Y la luz lo cego, la luz procedia de una ventana a su lado, por la que entraba el cegador sol. Cuando su vista se abituo, pudo distinguir la pared de madera sobre la que se encontraba la ventana, y la pared iba atada a un techo, tambien de madera, el cual era secundado por tres paredes mas. Toda la estancia no ocupaba mas que una abitacion grande, y el moviliario era austero, una mesa con una silla, un gran armario, una despensa y la cama en la que yacia. Encima de la mesa, y rompiendo la frialdad de la abitacion, había un vaso con dos flores blancas, el niño quedo admirado por su belleza.

Al cabo de un rato, su curiosidad pudo mas que su cansancio, e intento levantarse, cosa que no tardo en lamentar, pues le dolio todo el cuerpo, y noto mil heridas abriendose. El dolor le hizo proferir un quejido ahorado, y noto como Vanarak se rebolvia en su interior.
Enconces Ikui recordo todo, y como le ocurria cada vez que se levantaba y comprendia su situacion, las lagrimas rodaron irrebocablemente mejilla abajo.

Entonces la puerta de la casa se abrio, y el niño vio a una humana de mediana edad, cargaba con dos grandes cantires llenos de algun liquido a juzgar por lo que parecian pesar. La mujer lo vio y dejo de inmediato los cantires en un rincon, para acercarse apresuradamente a su cama.

-Como te encuantras pequeño? llebas muchos soles inconsciente. -dijo apresuradamente, puesparecia sorprendida de verlo despierto.

Ikui intento articular un par de palabras, pero su garganta estaba seca y entumecida, como si llebara años sin usarla.
La mujer parecio comprender y fue atropelladamente hasta los cantires, y lleno con uno de ellos una jarra de agua.

-Llebas mas de una semana en cama. -dijo mientras le acercaba la jarra a los lavios, ayudandole a vever. -Asi, este agua te ayudara a sanar, no lo dudes. Oh, por el amor del sagrado, que es de mi educacion, mi nombre es Marla, diculpa mi torpeza, es que no crei que despertaras jamas. Solo de pensar en tu estado cuando llegaste a mi puerta me estremezco. -Aunque parecia lejos de estremecerse, pues no prestaba mucha atencion a lo que decia, y se dedicaba a comprobar los vendajes y suturas del cuerpo del lerik con ojo experto.

El agua le sento a Ikui como miel celestial, le parecio lo mejor que habian probado sus lavios jamas, y le vajaba fresca y pura por la garganta, despertandola.

-G.. gracias, mi nombre es Ikui. -Logro decir, con voz ronca a pesar del efecto de la vevida. Marla lo miro a los ojos y sonrrio, visiblemente aliviada.

//Turin: 7xp, buena redaccion , muy aburrido XD//

Ikui



Marla resulto ser una maestra del arte de la sanacion y la vida, Ikui había tenido suerte de que le encontrara... o de que Vanarak la encontrara a ella...
Pero la mujer le cuido y curo sus multiples heridas, usando brebajes y canticos. La enrgia que lo recorria era calida y agradable, nada que ver con la frialdad de la magia que practicara antes, pues esa era poderosa y placentera, pero como lo es un rayo, rapido y fascinante, pero que deja tras de si el vacio que produce el trueno, esa energia en cambio lo llenaba y acariciaba, lenta e inexorable. Y Ikui quizo aprenderla, penso que eso seria lo mejor que podia aer para reparar el daño que Vanarak hiciera, pues no dudaba que de vez en cuando, se le escaparia y muchos resultarian heridos. Esa era la mejor manera de curar las heridas inflijidas por el demonio, al igual que ahora acian con el.

Cuando Ikui le propuso, aun conbalesciente, ser su discipulo Marla le miro con extrañeza, pero pecibiendo en secreto el mal que consumia el cuerpo del niño, la mujer accedio, pues lo compadecia.
Y asi empezo su entrenamiento.

Los primeros dias tan solo le enseño plantes, su nombre y su localizacion, asi como sus propiedades curatibas, Ikui era muy malo en eso, su hermano Ildanar era el que había herdedado todas las dotes forestales. Pero mas adelante, cuando empezraon a canalizar la energia divina de su entorno a traves de su cuerpo el lerik demostro su habilidad, pues el dominio de las energias le salian de modo espontanio, sin ninguan esfuezo aparente.
Pero esa facilidad era compoensada con creces por los chillidos de Vanarak, que detestaba esa energia, ese bien. Pero lejos de amedrentarse, Ikui practicaba aun con ams ansia y esfuerzo, pues algo que perturbara al demonio de ese modo no podia ser malo.

Y asi pasaron semanas, y Ikui era cada vez mas diestro en su arte, y algunas risas esporadicas poblaron la solitaria cabaña por esos dias. La cabaña, como supo Ikui entonces se encontraba al este de Lumea, en la parte mas cercana al frio clima de Londiz.

Pero las pesadillas asolaban las noches del niño lerik, pues la imagen de su padre muerto en sus manos, su madre desolada y su hermano apuntandolo con su araco no se borraban... no devian boprrarse, pues si lo olvidaba olvidaria por que huia, y no podia permitirselo, no podia permitirse bajar la guardia, ser feliz no era una opcion. Y en esa apartada cabaña, con su pintoresca maestra, empezaba a encontrase peligrosamente agusto....

//Turin: 8xp//